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6 razones por las que consumir alimentos locales

Sostenibilidad, alimentación consciente, ´slow life´cada vez se escuchan más éstas palabras ¿verdad?, pero ¿crees que es una moda o crees que es algo que ha llegado para quedarse? 

Si estás en esta plataforma es porqué esas palabras ya hacen al menos un poquito de ruido en ti. Y tal vez a ti te pasó como a mi. Hace años yo sabia que compartía un mundo con más personas, animales, plantas, etc., pero mi mente no se cuestionaba de donde venía lo que yo consumía y mucho menos qué impacto podía tener en mi entorno cada decisión de consumo que yo hacía. 

Mi despertar comenzó a través de la comida y aunque este comienzo fue más por una necesidad hacia mi interior, al final todo esta conectado y no tardé en darme cuenta del impacto que cada bocado que comía si que repercutía en mi, pero de igual forma lo hacía, positiva o negativamente, en mi entorno. 

Y fue cuando comencé a tomar consciencia del origen de esos alimentos. Empecé a interesarme por el trayecto que pasaban antes de llegar a mi plato. Y noté como creció una sensación de sincronía entre mi persona y todo lo que me rodea. Fue cuando en mi estilo de vida -más allá de en mi vocabulario- entró el termino alimentación sostenible.

¿Y que es una alimentación sostenible?

Tal vez tu ya sabes lo que es… Es el vivir y alimentarte acorde a lo que eres, naturaleza pura. Es el, además de preguntarte el bien -o no bien- que ese alimento provoca en ti, también es cuestionarte de donde proceden tus alimentos, su origen, producción, trayecto, empaque, la vida que tuvieron antes de llegar a tu mesa. Es decir, es el ser consciente del impacto que tiene tu decisión de consumo en un entorno más allá de ti mismo. 

Y ojito, con esto no quiero decir que alimentación consciente significa convertirnos en sargentos de nuestra comida ¡para nada!  Lo único que quiero decir es que al hacernos conscientes de la procedencia mágicamente se disipa el impulso o el antiguo hábito y comenzamos a interrogar de forma natural ¿de dónde vienen esos alimentos? ¿cómo se produjeron? ¿quiénes lo cultivaron? ¿qué elementos se usaron para su crecimiento? ¿cómo llegaron a mi? ¿cómo están empacados? ¿ésta compra tiene algún impacto social o en el medio ambiente?’

Podemos hablar de muchos temas en cuanto a alimentación sostenible ya que es amplio y apasionante, pero hoy me quiero a enfocar en uno que considero que tiene un gran impacto tanto a nivel global como personal y es el consumir local.

Hay un termino del que se lleva varios años hablando. En ingles se dice Carbon Foot Print o en castellano Huella de Carbono y se refiere a las emisiones de carbono que el traslado de un producto provoca en el medio ambiente para que llegue a tus manos -o tu boca. Este termino se usa tanto para alimentos, como cualquier otro producto que viaje largos recorridos para llegar a nosotros. 

Esta frase de ‘huella de carbono’ resuena en mi mentecita cada que voy a la frutería y veo un delicioso aguacate de México y otro que viene de Canarias. Yo que soy mexicana siempre estoy tentada a elegir el aguacate de mi país pero me pregunto “¿De verdad merece la pena todo el trayecto que ha tenido que tener -en barco o en avión- desde México hasta España para que yo pueda cumplir mi capricho?, sobre todo sabiendo que hay tan buenos aguacates que se producen aquí en Canarias!.” 

Además, siendo sincera, al congelarlos para ser trasladados de continente a continente ¡esos aguacates mexicanos ya no saben como en su origen!, por lo que mejor opto por lo local así que ¡vivan esos aguacates de Canarias!

Entonces, para no enrollarme tanto e ir dejando temas que contar en otra ocasión aquí te hablo del porqué cuando voy a la frutería mi pregunta suele ser “Perdona, ¿de donde vienen esas mandarinas/kiwis/plátanos, etc.?”.

6 razones por las qué consumir alimentos locales te hará estar más en armonía con la vida

1. El medio ambiente de dice ‘¡Gracias!’.

Cuando compras un producto local evitas miles de kilómetros de recorrido -traducido en emisiones de carbono- para que ese producto llegue a ti. 

2. Reduces riesgo de que tu comida esté contaminada. 

Gracias a los pocos pasos que existen entre el origen de tu comida y tu, hay menos oportunidades de que se contamine ese producto. Imagina un kiwi que viene desde Nueva Zelanda o un kiwi que creció en España, ¿cuál imaginas que haya pasado por más contenedores, manos, bodegas, etc.?

3. Tu alimento es más fresco.

Y esto repercute tanto en mejor sabor, como en el tiempo que se conserva en tu alacena. Y ¿Qué decir de los nutrientes?, por supuesto que para cuando llegan a tu boca tiene mucho más nutriente un producto local que uno que viene de lejos. Imagina probar una lechuga que fue cortada ayer en una región cerca de tu zona o la lechuga que cortaron hace varios días y ha sido empacada en bolsas de plástico para que llegué a ti ¿cuál crees que estará más crujiente y con más sabor?

4. El comer alimentos locales también significa comer según las estaciones del año. 

Este es un tema que tocaremos más adelante, pero este factor contribuye en un mejor sabor y en ir en armonía con tu naturaleza.  

Si pensamos en el factor sabor es tan fácil como imaginar el probar cerezas en verano o probar las que vienen de otros países en invierno ¿a que notas la diferencia?

Y si hablamos de ir en armonía con nuestra naturaleza te pongo estos dos ejemplos: en España en invierno nos da la vitamina C de la mandarina y los minerales, vitaminas y más nutrientes de las setas para fortalecer el sistema inmunológico.  O pensemos en la temporada de verano cuando el cuerpo apetece de comer cosas ligeras, la tierra nos da el melocotón, ciruelas, melón. Si nos ponemos a pensar ¿verdad que es una maravilla la Naturaleza?

5. Le hace bien a tu bolsillo.

El comprar local es más barato simplemente porque el precio del producto no incluye el coste del traslado de continente a continente. Bling,Bling! Que buen deal! 

6. Ayudas a la economía de tu país.

Al ayudar a la economía de tu país se genera un circulo virtuoso que en algún punto te volverá a beneficiar a ti. 

En conclusión, ahora estarás pensando ‘¿entonces si compro algún fruto que no nace en mi tierra estoy haciendo un daño?’ Y la respuesta la sabes tú, todo en esta vida es equilibrio y si nos ponemos ortodoxos no podríamos probar tantos frutos deliciosos que vienen de otras partes del planeta pero el optar por lo local entre un producto que encuentras en casa y otro que viene de fuera ¡ya es un paso enorme que ayuda a todo un sistema!

Por lo que te invito a entrar en el mundo de la alimentación sostenible y vivas en armonía contigo y con todo lo que te rodea.