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Las islas que no deberían existir

Esta es probablemente la imagen que tenemos en mente al pensar en una isla paradisíaca. Aguas cristalinas, arenas blancas y palmeras de un verde vibrante. ¿Quién no ha soñado con tostarse al sol en un lugar como este?

Pero hoy no hablaremos de paisajes de ensueño. De hecho nos vamos al extremo opuesto, para dar visibilidad a las islas basura: agrupaciones inmensas de desechos que afectan gravemente el entorno marino. ¿Lo peor? Su vertiginoso ritmo de crecimiento. No figuran en los mapas pero eso no les impide ser visibles. 

Las 5 islas basura 

El término correcto para referirnos a las “Islas Basura” es “balsas flotantes de desechos”, ya que en realidad no se trata de una isla en sí porque no hay tierra firme. El apodo surgió de una maniobra publicitaria para captar atención y recursos, en la que incluso se propuso que la ONU declarase las islas como un país o continente. 

Algunos datos interesantes a la par que inquietantes sobre las Islas Basura:  

¿Qué es una isla basura?

Son grandes aglomeraciones de residuos no biodegradables suspendidos en columna que flotan a la deriva, concentrándose en puntos concretos del oceáno. Esta masa está formada por más de 80.000 toneladas de desechos, de los cuales se despenden 2 billones de microplásticos. Pero no solo encontramos plástico, sino que el 40% lo componen equipos de pesca a la deriva.

Por si os preguntáis cómo llega toda esta barbaridad al mar, se estima que un 90% proviene de 10 de los ríos más contaminados del planeta, 8 de los cuales están en Ásia. Otros estudios afirman que alrededor del 20% de los escombros llegaron tras el tsunami de Japón en 2011. Como veís, es un tema global y sin precedentes. 

Y esperad que esto no es todo. Solo el 15% del plástico flota, con lo que un 85% permanece oculto en el fondo marino. Haced los cálculos 🙁

¿Cuántas hay y dónde de encuentran?

A día de hoy se han identificado hasta 5 islas basura: 2 en el Pacífico (Norte y Sur), 2 en el Atlántico (Norte y Sur) y 1 en el Índico. 

Aunque todas son igual de contaminantes, destaca por su grosor la situada entre Hawaii y California, la primera en ser descubierta en 1997. Esta isla es 4 veces más grande que España. Una mancha enmedio del oceáno cubierta por una extensión de más de 1.6 millones de metros cuadrados de basura. ¿Os lo imagináis? 

Os dejo un mapa para que podáis situarlas fácilmente. 

¿Cómo se forman?

Estas concentraciones se forman a partir de los desperdicios que durante décadas han ido llegando al mar desde tierra firme. Los distintos residuos son arrastrados hacia el interior de los giros oceánicos y quedan a merced de los remolinos y las corrientes marítimas.

Es por esta razón que las 5 islas coinciden con los principales vórtices oceánicos en el Pacífico, Atlántico e Índico. Pero no son los únicos. Ya se han documentado y avistado nuevas concentraciones en mares como el Mediterráneo y el Caribe. Y esto es solo el inicio. 

¿Por qué suponen una amenaza?

Las razones son múltiples, pero destacan las siguientes: 

1. La presencia de estas islas mata a más de 1 millón de animales al año

2. Los microplásticos pasan a formar parte de la cadena alimentaria, que llega hasta las mesas de nuestras casas y restaurantes. 

3. Fragmentos de mayor tamaño, como redes de pesca, acaban con la vida de muchos animales, como las tortugas, un hecho que se le conoce como “pesca fantasma”

4. Perjudica la calidad del agua y del aire, porque afecta al proceso de fotosíntesis de las algas y el zooplacton, así como de numerosos ecositemas que dependen de los micronutrientes. 

5. Contribuye al calentamiento global, ya que el polietileno – uno de los plásticos desechables más utilizados- emite gases de efecto invernadero y metano al descomponerse. 

Las alarmas están sonando desde hace años por la gravedad del tema. Y no es por menos: el Foro Económico Mundial (WEF) prevé que en 2050 los oceános contarán con más plástico que vida marina. Estamos a 30 años de esta fecha, es nada. 

¿Hay planes de rescate?

Aunque sea una emergencia de carácter global, a día de hoy no existe un organismo mundial que se esté haciendo cargo de este desastre medioambiental. Hay una clara falta de cooperación política a internacional para solucionar una situación que nos afecta a todos. 

Por contrapartida, hay numerosas iniciativas privadas en marcha tratando limpiar los oceános y controlar los desechos de la pesca, aunque su impacto sea a pequeña escala, como Ocean Clean Up. 

¿Qué podemos hacer?

Ya hemos visto que toda ayuda es válida. Por poco que sea, a título personal podemos empezar a: 

1. Reducir el consumo de plástico

2. Reciclar de forma habitual

3. Reutilizar siempre que podamos envases y materiales

4. Concienciar a nuestro entorno

5. Dejar de apoyar a marcas y organizaciones sin políticas sostenibles ni medioambientales

6.Colaborar con iniciativas que trabajen para

7.Limpiar las playas de vez en cuando 

8.Reciclar los guantes de plástico que estamos utilizando, así como las mascarillas

Personalmente, en los últimos años he cambiado de forma radical mi mentalidad. Para mí ha sido esencial entender que no hay fronteras cuando se habla de conversación y sostenibilidad. Todos somos vecinos de un mismo planeta al que llamamos Tierra, y es nuestro deber conservarlo (más que nada porque sino nos quedamos sin casa). 

¿Añadiríais más medidas? Compartirlas para poder mejorar entre todos 🙂